La vía de Chelas se encuentra en la ciudad de Lisboa, en una zona urbana densamente transitada que conecta barrios residenciales con importantes vías de acceso al centro de la ciudad. Debido a su función como eje de movilidad urbana, esta carretera requiere condiciones seguras y estables tanto para peatones como para vehículos. A lo largo de uno de sus tramos, la carretera bordea un talud de considerable altura e inclinación, cuya inestabilidad representa un riesgo directo para la seguridad vial y la integridad de la infraestructura.

El talud cuenta con una altura aproximada de 22 metros y una pendiente media de 45°. Litológicamente, está conformado por una capa superficial de rellenos arenosos a limosos, seguida por un estrato de limos arenosos, y otro de calcarenitas. Esta composición litológica lo hace vulnerable a procesos de erosión, escorrentía superficial y posibles deslizamientos, especialmente durante episodios de lluvia intensa o alteraciones en el uso del suelo.